No lo has perdido pues nunca lo tuviste.

¿Se puede perder algo que nunca has tenido? 
Comienzas a dudar todo, absolutamente todo. Creías que lo tenías junto a ti, que era tuyo, hasta llegaste a creer que sería para siempre. Nada es para siempre, nada de nada. Tuviste sus palabras en tu mente, tuviste sus manos junto a ti acariciándote día tras día, noche tras noche. Tuviste su olor impregnado en tu cuerpo, lo reconocerías a kilómetros. Tuviste su mirada grabada en tu pensamiento en todo momento, tuviste el mayor cariño que podía desprender de todo su ser,  tuviste muchas cosas, pero quizás nunca lo tuviste a él. Siempre supiste que de alguna manera te faltaba algo para obtenerlo del todo, algo que nunca conseguiste. Deseabas tenerlo por completo junto a ti pero no fue posible, nunca llegaste a tenerlo del todo, nunca lo tuviste de verdad.